¿No cesan de ver sus películas preferidas de Disney constantemente? Les va a resultar bien difícil quedarse despiertas observando la película una vez que se pongan nuestros acogedores pijamas para pequeñas de Mickey Mouse o Frozen. Escoge entre batas de pelo sintético, coloridos conjuntos de pijamas de algodón y no te olvides de abrigar sus piececitos con nuestras zapatillas de andar por casa. Puedes cambiar o devolver cualquier artículo en un plazo máximo de 28 días después de la adquisición, siempre que el artículo esté en perfectas condiciones y que presentes el tique de compra original.
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Se trata de su hijo, Bruno. —En los ojos —ha dicho ella—. Te darán escalofríos por todoel cuerpo.Mi abuela se acostó en su sillón y chupó con satisfacción su malolientepuro negro. Yo se encontraba sentado en el suelo, mirándola fijamente, fascinado.Ella no sonreía. Se encontraba mortalmente seria.—¿Hay mucho más cosas?Cuadros Decorativos Niños Bebé Dinosaurios-cuadros Para Niño
—Soy muy, muy buena imitando una voz de hombre —dijo—. Por supuestoque me creyó. El policía de Bournemouth se sintió muy honrado de recibiruna llamada del Jefe de Policía de toda Noruega.—¿Y qué le preguntaste? —Le pregunté el nombre y la dirección de la señora que se habíahospedado en la habitación cuatrocientos cincuenta y 4 del HotelMagnífico, la que había desaparecido.—¡Quieres decir La Gran Bruja!
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En seguida comprendí, naturalmente, que ésta no era otra que La GranBruja en persona. También entendí por qué llevaba una máscara. Jamáshubiera podido aparecer públicamente, y bastante menos hospedarse en unhotel, con su verdadera cara. Todo el que la hubiese visto, habría salidocorriendo, dando alaridos.—¡Las puerrtas! —gritó La Enorme Bruja, con una voz que llenó la salón yretumbó en las paredes—. ¿Habéis echado el cerrogo o la cadena?
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Sus padres la tuvieron en un corral en el jardín durante muchosaños. —¡Gracias, gracias, oh, calça legging infantil PromoçãO Generosísima y Consideradísima! —exclamaron a coro las brujas ancianas—. ¡No se desperdiciará ni una gota! ¡Te prometemos espachurrar, escachifollar y machacar a mil pequeños cadauna! —¡Nuestrra rreunión terminó!
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—Verdad —dije.—Y hay que proporcionarles una dosis de Ratonizador a cada una —dijo—.¿De qué forma rayos vamos a llevarlo a cabo? —Abuela, pienso que olvidas que un ratón puede ingresar en sitios donde nopueden ingresar las personas.—Eso es verdad —ha dicho—. Pero no un ratón puede pasearse porla mesa, llevando un frasco y rociando la carne asada de las brujas conRatonizador, sin que le vean.—No pensaba hacerlo en el comedor —dije.—Entonces, ¿dónde? —Para mí, no —dijo ella—. Para mí hueles a frambuesas con nata.Pero, para una hechicera olerías completamente fatal.—¿A qué olería? —pregunté.—A caca de perro —dijo.Yo me eché hacia atrás. Estaba aturdido.—¿Caca de perro?
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—chilló el señor Jenkins.Decidió darle papirotazos a Bruno con el diario, intentando echarlode la mesa. Mi abuela se lanzó hacia adelante y logró cogerlo antes de quelo tirara al suelo. La señora Jenkins proseguía pegando berridos y el señorJenkins nos amenazaba gritando.—¡Fuera de aquí! ¿De qué forma se atreve a atemorizar a mi mujer de esta manera?
Las brujas
¿De qué manera se lo van a tomar? ¿Tetratarán con cariño y entendimiento? Bruno lo pensó un momento.—Pienso que mi padre se va a quedar parado —dijo.—¿Y tu madre? —Le dan pánico los ratones —ha dicho Bruno.—Entonces tienes un inconveniente, ¿no? —¿Por qué razón lo tengo yo únicamente? —Mi abuela lo comprenderá perfectamente. Lo sabe todo sobre las brujas.Bruno dio otro bocado a su sandwich.—¿Qué propones que hagamos?
Cogí el frasquito y, usando las dos patas delanteras, verifiqué quepodía desenroscar el tapón con sencillez.—Maravilloso —dijo mi abuela—. Verdaderamente eres un ratón listísimo.Miró su reloj otra vez.—Son las siete y media —ha dicho—. Voy a bajar a cenar en el comedorllevándote en mi bolso. Te soltaré debajo de la mesa con el frasquito y, apartir de ahí, tendrás que arreglártelas tú solo. Deberás atravesar elcomedor, sin ser visto, hasta llegar a la puerta de la cocina. Los camarerosestarán entrando y saliendo por esa puerta de manera continua.
